Bárbara Ardiles es una artista visual chilena titulada de Licenciatura en Artes Plásticas con mención en Pintura. Su obra se caracteriza por crear un lenguaje personal que busca representar un universo simbólico donde convergen dos conceptos centrales; el especismo y la hibridez.
En Animalomorfias la unión entre especies de animales humanos y no humanos nos viene a recordar que tanto los animales como la flora son parte integral de la existencia completa. La preocupación de la artista por la Naturaleza, los animales y su destino en la tierra la han llevado a representar la unión entre especies en una relación armónica que es plasmada en sus collages volumétricos.
Cada obra creada por Ardiles es un universo donde lo que define una especie es deconstruido y transformado. En estas obras, el especismo —que tradicionalmente ha posicionado lo humano como superior— es puesto en cuestión a través de la inversión de roles y la hibridez de los personajes, así como también a través de la creación de escenarios oníricos, surreales, a veces mutantes. La artista crea un simulacro donde distintos cuerpos animalomorfos transitan entre la naturaleza y lo urbano; los seres creados por Ardiles se funden con total naturalidad entre la flora de un bosque o los muebles de una sala de estar. En Animalomorfias, animales, insectos, princesas y príncipes, mulatos, muñecas y cuerpos mutilados son uno con la Naturaleza.
En el trabajo de Bárbara Ardiles el proceso creativo de cada pieza comienza con la búsqueda del material, el cual es seleccionado minuciosamente en diferentes ferias persa. Su obra es cachurera; cada objeto es descubierto, recogido y reciclado. Juguetes, marcos antiguos y flores plásticas son limpiados, restaurados y dotados de una nueva vida. En cada obra predomina una estética de antaño que es posible vislumbrar en las grietas, mutilaciones o el desgaste de los materiales que la componen.
En estas obras de pequeño formato, cada elemento ha sido deliberadamente posicionado en el escenario ficticio creado por Ardiles. Hay una minuciosidad y una atención al detalle que se refleja en las costuras de los materiales a la superficie. La ausencia de pegamento y la firma casi invisible hablan de una meticulosidad y una delicadeza que se esconden debajo de estos materiales otrora sucios y polvorientos, objetos que descansaban sobre un paño puesto en la acera de un persa. El sólo hecho de que estos objetos hayan sobrevivido a ser desechados los hace más valiosos, pues han permanecido en el tiempo y cargan una historia que nos es desconocida.
Animalomorfias es provocadora pues cada escena es un montaje donde se combina lo ominoso, lo reminiscente, lo kitsch, lo barroco, lo pop, lo artificial, lo extraño a la vez que familiar. Les invitamos a sumergirse en esta realidad antiespecista creada por Bárbara Ardiles.
La preocupación de la artista por la Naturaleza, los animales y su destino en la tierra la han llevado a representar la unión entre especies en una relación armónica que es plasmada en sus collages volumétricos.
Bárbara Ardiles – Exposición 1 de marzo al 30 de abril 2021
Crédito fotografía: Dai Liv
La preocupación de la artista por la Naturaleza, los animales y su destino en la tierra la han llevado a representar la unión entre especies en una relación armónica que es plasmada en sus collages volumétricos.
En Animalomorfias la unión entre especies de animales humanos y no humanos nos viene a recordar que tanto los animales como la flora son parte integral de la existencia completa. La preocupación de la artista por la Naturaleza, los animales y su destino en la tierra la han llevado a representar la unión entre especies en una relación armónica que es plasmada en sus collages volumétricos.
Cada obra creada por Ardiles es un universo donde lo que define una especie es deconstruido y transformado. En estas obras, el especismo —que tradicionalmente ha posicionado lo humano como superior— es puesto en cuestión a través de la inversión de roles y la hibridez de los personajes, así como también a través de la creación de escenarios oníricos, surreales, a veces mutantes. La artista crea un simulacro donde distintos cuerpos animalomorfos transitan entre la naturaleza y lo urbano; los seres creados por Ardiles se funden con total naturalidad entre la flora de un bosque o los muebles de una sala de estar. En Animalomorfias, animales, insectos, princesas y príncipes, mulatos, muñecas y cuerpos mutilados son uno con la Naturaleza.
En el trabajo de Bárbara Ardiles el proceso creativo de cada pieza comienza con la búsqueda del material, el cual es seleccionado minuciosamente en diferentes ferias persa. Su obra es cachurera; cada objeto es descubierto, recogido y reciclado. Juguetes, marcos antiguos y flores plásticas son limpiados, restaurados y dotados de una nueva vida. En cada obra predomina una estética de antaño que es posible vislumbrar en las grietas, mutilaciones o el desgaste de los materiales que la componen.
En estas obras de pequeño formato, cada elemento ha sido deliberadamente posicionado en el escenario ficticio creado por Ardiles. Hay una minuciosidad y una atención al detalle que se refleja en las costuras de los materiales a la superficie. La ausencia de pegamento y la firma casi invisible hablan de una meticulosidad y una delicadeza que se esconden debajo de estos materiales otrora sucios y polvorientos, objetos que descansaban sobre un paño puesto en la acera de un persa. El sólo hecho de que estos objetos hayan sobrevivido a ser desechados los hace más valiosos, pues han permanecido en el tiempo y cargan una historia que nos es desconocida.
Animalomorfias es provocadora pues cada escena es un montaje donde se combina lo ominoso, lo reminiscente, lo kitsch, lo barroco, lo pop, lo artificial, lo extraño a la vez que familiar. Les invitamos a sumergirse en esta realidad antiespecista creada por Bárbara Ardiles.